martes, 13 de octubre de 2009

Leyendas







Juan Soldado


El estudioso Julio Vicuña Cifuentes transmite la leyenda que el pueblo narra sobre la desaparición de la primitiva ciudad de La Serena que es, según él, "la tradición más antigua" que se conoce en Chile. He aquí la versión: La primitiva ciudad de La Serena era mucho más hermosa que la actual. Vivía en ella un joven bien parecido, pero pobre, a quien llamaban Juan Soldado, nombre que, en recuerdo suyo, se puso después al cerro cerca del cual aquella ciudad estaba edificada.
Juan Soldado se enamoró de la hija única de un cacique riquísimo, que habitaba a tres leguas de la ciudad. Como el cacique era ambicioso, se opuso a que se casara con un pobre. Los enamorados resolvieron huir, para casarse en la iglesia de La Serena, pues la joven era cristiana. Así lo hicieron, y en el momento en que el sacerdote bendecía el matrimonio, gente del pueblo llegó a la iglesia con grande alboroto, diciendo que el cacique, a la cabeza de sus mocetones, se aproximaba a la ciudad, jurando destruirla, después de matar a los enamorados. Nadie sabe lo que pasó, pero es lo cierto que en el momento en que el cacique, con sus guerreros, pisó los suburbios, la ciudad se desvaneció. Recorrieron el campo donde estaba situada, pero no la encontraron aunque la andaban pisando. En ciertas noches, singularmente los sábados, los que pasan cerca del sitio en que estuvo edificada oyen música y canciones, y el Viernes Santo la ciudad se hace visible a los que contemplan desde lejos, pero se borra poco a poco ante los ojos de los que pretenden llegar a ella.
Otra versión es la que dice que existió en la Colonia un soldado español llamado Juan. Cierto día mató en la calle a dos vizcaínos ricos que se habían burlado de él al verlo pobremente vestido. Sólo quedó en el suelo su espada acusadora. El hombre desapareció. Meses más tarde, en lo alto de un cerro lejano se encendía todas las noches una luz. Al año se extinguió. Cuando los curiosos visitaron este punto hallaron allí al soldado Juan, muerto y amortajado en un hábito monacal. En esa soledad el asesino había expiado su doble crimen. Se denominó ese punto el cerro de Juan Soldado. Y de allí el nombre actual.






El tesoro de Guayacán


En 1578 el corsario Sir Francis Drake descubrió la bahía de Guayacán, conocida popularmente como bahía de la Herradura por la forma geográfica que toma. Este lugar fue el refugio y punto de reunión de muchos piratas entre los que destacan Thomas Cavendish, Jorge Anson, Bartolomé Sharp, Eduardo Davis y John Hawkins, todos ellos, incluyendo a Drake, expertos en asaltar y emboscar galeones españoles que transportaban los tesoros y riquezas que eran llevados desde América a Europa. Los hechos que se sucedieron en la bahía de Guayacán fueron tan extraordinarios que llegaron a transformarse en leyenda, siendo los relatos de tesoros los más conocidos. Según cuentan uno de esos barcos piratas, que cruzaban el Estrecho de Magallanes o daban la vuelta por el Cabo de Hornos, dejaron enterrado un increíble tesoro. Numerosas han sido las excavaciones realizadas para tratar de encontrar las riquezas sepultadas en algún lugar de la bahía de Guayacán. Pero los resultados han sido infructuosos. La tradición cuenta que los corsarios del siglo XVII enterraron grandes tesoros. El objetivo de los buscadores ha sido encontrar el tesoro y descubrir una mina de oro que fue trabajada por los propios piratas.








La Novia del cruce de camiones a la entrada de Arica


Esto está dicho y comprovado por camioneros que pasan por ahí en la noche a eso de las 12:00 am. Cuenta la leyenda que una pareja de novios iban rumbo a Arica a pasar su luna de miel, cuando de repente se revienta una rueda y se vuelca el vehículo en el que iban.....

Tan trágico fue el accidente, que el auto partió por la mitad al novio, casi haciéndolo fallecer en el acto; lo poco que pudo decirle a su señora fué que no se olvidara nunca de el, y que lo guardara en su corazón.Ella falleció en el lugar de pena, con fuertes sollozos y dicen que cuando una persona pasa por el lugar, debe parar porque ella se sube y se baja en la entrada de Arica.....

También se cuenta de que no se puede mirar por los espejos laterales y el retrovisor porque ocurre un accidente; se debe mirar siempre hacia delante y por los costados se ve el resplandor blanco de la novia.







Fuente: http://www.la91fmchile.cl/mitosyleyendas/modules.php?name=Content&pa=list_pages_categories&cid=3



Virgen de Andacollo


El pueblo de Andacollo se ubica a 56 km. al sureste de La Serena. Fue poblado inicialmente por la cultura molle, la cual fue influenciada por los incas, desarrollando la agricultura y la metalurgia de cobre. Mayormente se cree que recibió su nombre por este pasado inca: “anta”, palabra quechua que significa cobre, y “coya”, que se entiende como reina o princesa, significando entonces su compuesto: “cobre-reina” o “reina del cobre”.
Los cronistas y la leyenda cuentan que la imagen de la Virgen del Rosario llegó a Chile a través de los españoles que debían fundar La Serena, en 1544. Cuatro años más tarde de la fundación hecha por Juan Bohn, la ciudad fue atacada e incendiada por los indios de Copiapó. Sobreviviendo sólo dos, quiénes huyeron a las montañas con la imagen, que escondieron. Posteriormente, entre 1560 y 1570, un indio minero de Andacollo tuvo una visión en sueños donde una voz le ordenó buscar un tesoro entre los peñascos más altos. El indio hizo lo que se le ordenaba y la imagen fue encontrada por él entre los matorrales. Luego se construyó una capilla de paja para venerarla. Comenzando alrededor de 1585 la devoción por ella, y los bailes en su honor, los llamados bailes chinos. A mediados de 1600 la capillita fue destruida y la imagen sagrada desapareció misteriosamente. El pueblo volvió a contar con su presencia en 1676 cuando llegó de Lima, Perú, una nueva imagen tallada, solicitada por el párroco del pueblo, Bernardino Álvarez del Tovar. La imagen que hoy se conserva y venera es de poco más de un metro, de madera de cedro, de rostro indígena y de mirada misericordiosa, que sostiene a un niño Jesús, y se cree que es muy diferente a la original, aún así no menos venerada. Llegó al pueblo del Andacollo gracias a los esfuerzos de la autoridad eclesiástica, representada por el cura; por los chinos, representados por los indios;y gracias al pueblo, representado por los vecinos de la época. La localidad de Andacollo, con su imagen venerada y visitada por miles de visitantes nacionales y extranjeros se llena de colores, danzas y músicas por las numerosas cofradías y agrupaciones de bailes, cuya principal función es formar la carrera de honor y escoltar a la santísima imagen durante la procesión solemne. Están conformadas por los bailes chinos, que celebran desde 1585, los turbantes desde 1752 y posteriormente los morenos, gitanos, pieles rojas y danzantes de Tamaya. Su amor y fe es demostrado a la “Chinita”, como es llamada la Virgen, acompañado de matracas, tarkas, flauta de cañas, bombos, cajas y platillos. La veneración y celebración de la Virgen del Rosario de Andacollo, se divide en dos etapas. Una denominada Fiesta Chica, celebrada el primer domingo de octubre en vísperas de la segunda celebración, y la Fiesta Grande, la que se realiza entre los días 24, 25 y 26 de diciembre. El día más importante de la celebración es el 26, cuando después de celebrada la misa, la Virgen es sacada en procesión por el pueblo. La importancia de este día radica en que el 26 de diciembre de 1901, bajo el papado de León XIII, la presidencia de Germán Riesco, y el Obispo de La Serena, Florencio Fontecilla, fue coronada canónicamente la imagen venerada. La imagen fue decorada con una corona de oro, en señal de sus milagros y de la importante de la devoción que a ella se manifestaba.Cuatro templos han sido edificados en honor a la Virgen. Uno en el siglo XVI, otro en el XVII (que sólo alcanzó a durar hasta 1776), el tercero fue edificado en el XVIII, teniendo sucesivas reparaciones, y es en él donde se encuentra la Virgen, el mayor tiempo del año. Finalmente, entre 1873 y 1893 se construyó el templo nuevo declarado Basílica Menor por el Papa Juan Pablo II, en 1998. En el pueblo de Andacollo se encuentra el Museo de la Virgen, que data del siglo XVII. En él es posible encontrar exvotos (ofrendas religiosas en reconocimiento de un beneficio recibido) que los peregrinos dejan a la Virgen del Rosario.




Fuente: http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?GUID=94738186-830a-4cc9-86e2-6c228d10c77d&ID=130512

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